Antonio Jesús Roldán Muñoz, Conil, El esfuerzo colectivo, Atrapasueños, Sevilla, 2015 (Proemio de Cayo Lara y Prólogo de Juan Bermúdez Escámez)

 

¿Por qué escribir un libro con ese título?  Desde hacía tiempo, algunos compañer@s de Conil y de otros lugares pero asiduos visitantes de nuestra localidad, nos pedían que pusiéramos en valor las medidas diferentes adoptadas por el Gobierno Municipal de IU, en su dilatado tiempo en el gobierno, 20 años: desclasificación de suelo urbanizable a protegido en plena vorágine del boom inmobiliario, protección de amplias zonas del litoral (Playa  Castilnovo), etc.

Después de dos años de dejar la Alcaldía de Conil, y con la perspectiva que da cierta distancia en el tiempo y en la propia labor municipal, comencé a escribir el libro. Pero cuando empiezas a meditar sobre cómo enfocarlo, llegas a la conclusión que el proceso de  la toma de decisiones tienes que explicarlo, pues estas no fueron ocurrencias coyunturales, ni calentones de una noche de  verano sino que obedecían a la puesta en práctica de un proyecto político y a un modelo de desarrollo diseñado por nuestra fuerza  política conjuntamente con la  gente, con  los ciudadanos. También, era necesario contestar a una pregunta que rondaba por mi cabeza y por la de mas compañer@s: ¿Por qué IU ganó y gana las elecciones municipales en  nuestro pueblo si sociológicamente ni en la estructura poblacional ni económica parece lógico que ganara? Conil no es ni Trebujena ni Marinaleda. ¿Por qué ganamos la hegemonía y la hemos mantenido durante todos estos años? A estas y otras preguntas e incógnitas trato de responder. Reproduzco la “Introducción” a modo explicativo de lo que he pretendido: 

Introducción

No pretendo convertir este libro en un relato continuo de hechos ocurridos en un período histórico de Conil, no es la crónica de un pueblo, ni siquiera tiene la pretensión de ser objetivamente una historia neutral.

Tampoco es mi intención convertir estas palabras escritas en una pseudo-autobiografía, ni siquiera un alegato proselitista de un período de tiempo en el quien escribe tuvo un papel destacado, junto con otros compañeros, en muchos de los cambios y transformaciones que nuestro pueblo ha experimentado en los últimos 20 años.

Deseo convertir lo que voy a explicar en las siguientes páginas, en una reflexión en voz alta de lo vivido, luchado, sufrido y experimentado en el período de Gobierno de IU en Conil. Creo necesario hacer públicas estas reflexiones para poner en valor lo que de positivo tiene transformar la realidad concreta.

Immanuel Kant hablaba del «Imperativo Categórico» como principio de «Haz lo que debas, y lo que hagas sea ejemplo para los demás» o expresado en sus propias palabras «Siempre debes actuar de modo que, al mismo tiempo desees que la regla según la cual actúas, pueda convertirse en una Ley General». En estos momentos, en que la política está desprestigiada, desarbolada, vilipendiada, sólo el ejemplo, las buenas prácticas pueden servir para que vuelva a su origen clásico, a la preocupación por los problemas de la polis, de la ciudad.

Para recuperar el crédito perdido es necesario que se conozcan el porqué, el cómo, el cuándo un pueblo se puede transformar en un contexto jurídico-político adverso, con contradicciones pero superándolas constantemente.

Mi voluntad es poner el acento y resaltar aquellas cuestiones o mecanismos que puedan servir de ejemplo o modelo, para que lo más transformador de nuestra experiencia de Gobierno en Conil, se pueda trasladar a otros lugares, municipios o instituciones locales o de ámbito mayor.

La búsqueda de un modelo de sociedad que supere el actual sistema capitalista, debe llevarnos a tener en cuenta todas las experiencias transformadoras en diferentes ámbitos y países, que supongan apostar por ejemplos de transición hacia el socialismo democrático del siglo XXI. Eduardo Galeano escribía con acierto: «Son cosas chiquitas. No acaban con la pobreza, no nos saca del subdesarrollo, ni socializan los medios de producción y de cambio… Pero quizás desencadenen la alegría de hacer y la traduzcan en actos».

En Conil quizás hayamos realizado cambios «chiquitos» pero diferentes. Nuestro modelo es diferente a otros lugares del entorno y del litoral andaluz. Proteger amplias zonas del litoral, desclasificar suelo, planificar democráticamente, defender lo público, modernizar y crear mecanismos importantes de bienestar y cohesión social, poner en funcionamiento una potente empresa pública ROSAM, para crear empleo, viviendas, urbanizar suelo y construir instalaciones para las actividades productivas de pequeños emprendedores, construir infraestructuras y equipamientos, etc. Superando déficits históricos e impulsando el desarrollo local, rebasando en muchos parámetros económicos, medioambientales y sociales a muchas localidades del entorno y fuera de él.

Y todos ello, lo hemos realizado a contracorriente, como los salmones que surcan las difíciles corrientes para llegar a su objetivo, pero hemos contado con los ciudadanos, con la sociedad civil. Hemos contado con el apoyo del pueblo durante 5 legislaturas, 20 años, trabajando por un Conil habitable y para todos, codo con codo con muchas personas y colectivos, entidades, asociaciones, etc. Si en el año 1995 conseguimos el «sorpaso», ser la fuerza hegemónica de la izquierda en Conil, más tarde, lo importante, es haber recreado esta hegemonía hasta la fecha actual.

En los siguientes capítulos intentaré explicar las claves de los procesos y las propuestas para comprender cómo una fuerza política minoritaria pasa a tener una posición hegemónica y transforme la realidad de un pueblo andaluz del litoral, a finales del siglo XX y comienzos del XXI, con condiciones objetivas, supuestamente, no propicias para la victoria de la izquierda de verdad. Conil no es, ni era Marinaleda ni Trebujena, donde tradicionalmente gana la izquierda. Su estructura social, poblacional y económica ni por asomo se les parece, por eso es importante contar cómo hemos construido el modelo Conil, para que miles de personas de izquierda sepan que otro modelo de desarrollo es posible. Sí se puede.

Según la investigadora venezolana Carlota Pérez:

"El proceso de substitución de un paradigma por otro no se caracteriza por una brusca erradicación del primero, sino por un lento y doloroso cambio en la proporción de lo nuevo en relación con lo viejo. Sin embargo, el resultado final es un cambio radical en las estructuras involucradas."

Es cierto, los cambios se producen por procesos interconectados, no por ocurrencias más o menos brillantes, por hechos aislados, por simple azar o decisión divina. Desclasificar tres millones de metros cuadrados de suelo urbanizable a suelo Protegido y renunciar voluntariamente a la construcción en el frente litoral en la época de desarrollismo salvaje (aceptado por la mayoría de la población) no deja de ser un hecho aislado, sino se explica dentro del proceso de toma de esta decisión, en su origen, dentro de un modelo de desarrollo, convenciendo a las personas ciudadanas de que era bueno para el futuro, de las condiciones objetivas y subjetivas en la que se entroncan las decisiones, del ADN de la Izquierda que articula el proceso de cambio, y sabe la importancia, de en qué momento del proceso de transformación se está en cada momento.

Pretendo que este libro sea el relato de una historia colectiva, con sus contradicciones y anhelos, con sus luchas y esperanzas. El relato del camino sin descanso, con la «ardiente paciencia» de Rimbaud, para la conquista de una espléndida ciudad que nos diera alegría, justicia y dignidad a todos los que vivimos en este rincón de Andalucía.

En definitiva es “un relato de una historia colectiva” y como todo relato tiene su forma, su modo de contar los hechos, las causas que los originan y las consecuencias o lecciones que podemos aprovechar de ellos. Zygmunt Bauman en su libro 44 cartas desde el mundo líquido  nos comenta que Walter Benjamín distinguía entre  dos tipos de relatos: los relatos de navegantes y los relatos de campesinos. Los primeros narran cosas extrañas, inauditas, sobre lugares lejanos nunca visitados. Los relatos de campesinos narran acontecimientos ordinarios, cercanos y aparentemente familiares, (la falsa apariencia de lo cotidiano). Esta distinción de Benjamín es de hace aproximadamente un siglo, por lo que en la época actual de neoliberalismo globalizado esta distinción queda atenuada, aunque no desaparece la diferencia entre lo cercano y lo lejano, lo concreto y lo abstracto. Creo que es un relato de navegantes contado con ojos de campesino. Explico lo concreto de nuestras actuaciones para sacar conclusiones generales, aunque lo concreto ha sido llevado a la práctica como consecuencia de unas ideas generales previamente concebidas. Es la relación dialéctica entre lo concreto y lo abstracto, entre la teoría y práctica.

El contenido del libro, está dividido en diferentes apartados, uno al principio que recoge la trayectoria seguida  hasta la llegada al gobierno  municipal en 1995, que se titula “Ganando la hegemonía”, es decir ganar la conciencia de la gente, como convencimos a los vecinos que era posible otra política diferente. Como IU Conil fue capaz de interpretar la realidad local en su contexto, y elaborar colectivamente propuestas y alternativas que beneficiaban a la mayoría de la población. Es la hegemonía en el sentido gramsciano, concebida como la construcción de una alternativa intelectual y moral, que se elabora colectivamente y, por tanto, se asume por los ciudadanos. Afirmaba Gramsci: 

"Una masa de hombres sea llevada a pensar coherentemente y en forma unitaria la realidad presente, es un hecho filosófico mucho más importante y original que el hallazgo, por parte de un genio filosófico, de una nueva verdad que sea patrimonio de pequeños grupos de  intelectuales."

Este apartado se divide a su vez en  “La Asamblea de IU Conil”, “IU ahí está”, “División en el PSOE o el asno de Buridán”, “Alcalde por una semana”, “Los tiempos propicios”, “El paso a una cultura de gobierno” y “El acceso al gobierno municipal”. Reproduzco a continuación  unos párrafos del apartado “El paso a una cultura de gobierno”:

El paso a la cultura de gobierno

Si en este libro, que trata fundamentalmente del proceso de cambios en Conil, cito en varias ocasiones a Antonio Gramsci, es porque las enseñanzas de este pensador marxista original, quizás el más original de Occidente desde 1917, contribuyó a la creación de una teoría marxista de la política y escribía, no para su presente sino para el futuro.

Para él la política es «la actividad humana fundamental, el medio por el cual la conciencia individual entra en contacto con el mundo social y natural en todas sus formas» (Cuadernos de la cárcel). Y de eso trata el libro, de cómo «la formación de una voluntad colectiva logra la hegemonía, y por tanto, el liderazgo intelectual y moral» para la transformación de nuestro pueblo en estos 28 años de existencia, de oposición y de gobierno de IU. El profesor Fernández Buey dice que «Gramsci es un clásico, o sea, un autor que tiene derecho a no estar de moda nunca y a ser leído siempre».

Viene todo a cuento, por la siguiente reflexión, que entre otras cuestiones, nos llevó la conclusión de que era muy importante el paso a la cultura de gobierno. Gramsci nos dice: «Las ideas son grandes en cuanto son realizables», o sea, aclaran una relación real inmanente a la situación, y la aclaran en cuanto muestran correctamente el proceso de actos a través de los cuales una voluntad colectiva organizada da a luz esa relación (la crea) o, una vez manifiesta, la destruye y la sustituye.

«Los grandes proyectistas charlatanes son charlatanes precisamente porque no saben ver los vínculos de la “gran idea” lanzada con la realidad concreta, no saben establecer el proceso real de actuación.» Es decir, las ideas para que sean importantes hay que llevarlas a la práctica (praxis), mediante un proceso dialéctico de análisis de la realidad concreta para transformarla posteriormente. En la II Asamblea Federal de IU, celebrada en 1991, se debatió y aprobó un documento, donde había un apartado titulado: El paso a la cultura de gobierno. En él se manifiesta que los hombres y mujeres de Izquierda llevamos una herencia de lucha, movilización y resistencia. Son los tres rasgos que han caracterizado a la izquierda española, una izquierda que nunca lo ha tenido fácil. Sin embargo, se decía que los tiempos actuales y las exigencias emanadas de los mismos, nos obligan a dar un paso transcendental: incorporarnos a la cultura de Gobierno.

Se añadía que la cultura de la movilización no hace referencia, exclusivamente, a la presencia multitudinaria en las calles, sino a un proceso de concienciación, participación, elaboración, decisión, alternativa, acción. En los momentos actuales la movilización es un proceso que conduce a la conciencia colectiva de identidad y de reconocimiento en torno a un proyecto de liberación y realización.

Se distinguía la cultura de la resistencia, que debía quedar sólo como conciencia clara de los límites que nunca pueden traspasarse en el despliegue de un proyecto de izquierdas. Por último, se aclaraba que la cultura de gobierno no es como cierto discurso interesado nos quiere hacer creer, una predisposición a la claudicación o a la aceptación de un mundo dual: el discurso y la práctica. El discurso de gobierno es propuesta concreta y responsable. El discurso de gobierno es proyecto y proposición a la sociedad; una propuesta hecha desde la estrategia pero enmarcada en la acción inmediata, en los plazos correspondientes, con los instrumentos idóneos y los medios adecuados.

Por último, se explicaba qué es la cultura del auténtico realismo. La que parte del conocimiento de la realidad y aplica la acción pertinente para transformarla. Un «nuevo realismo» que convoca a la valentía. En definitiva, concluía, la cultura de Gobierno consiste en dotarse de un proyecto global, colectivamente elaborado, pluralmente discutido, democráticamente participado y aplicado con cohesión. Es la democracia en su ancho y profundo sentido.

En Conil, habíamos llegado a la misma conclusión por diferente camino. Teníamos un Proyecto para nuestro pueblo, elaborado y participado por muchos ciudadanos/as, entidades y colectivos locales. Debatido por los militantes y simpatizantes de Izquierda Unida. La organización estaba cohesionada, y llegamos a la convicción que era posible llevar nuestras ideas a la práctica en el Gobierno Municipal.

Llegó un momento, en la legislatura 1991-95, donde transmitimos a la mayoría del pueblo que era posible el cambio. Nuestro trabajo serio, responsable, al lado de los problemas de la gente, nuestras propuestas concretas dirigidas a solucionar los graves problemas que tenía la localidad, transmitió la fe y la ilusión ​​​​​​a nuestra militancia y al pueblo de que éramos una alternativa real. El precedente ético y de honradez de la dimisión de la Alcaldía en 1991, y el trabajo constante, sacrificado y coherente en la oposición, abrió los ojos a muchos ciudadanos, para que confiarán en las elecciones de 1995 en nosotros. Terminaba los mítines, diciendo: «queremos, sabemos y podemos». Y era verdad, teníamos la voluntad de Gobierno, éramos un grupo político unido y con una mezcla de juventud y experiencia, con capacidad de gestión, y cada día era más evidente que podíamos gobernar para la amplia mayoría del pueblo.

La gente entendió que IU en Conil era la fuerza que interpretaba las inquietudes, los pensamientos, los sentimientos y necesidades de la mayoría. Los sintetizaba y los convertía en propuestas concretas que asumían y metabolizaban los ciudadanos. Habíamos asumido que queríamos superar las contradicciones, que supone la aplicación de las ideas de izquierdas desde el Gobierno Municipal de Conil.

El libro continúa desgranando las prácticas políticas en el Gobierno municipal, en el apartado “Democracia Participativa” se explica lo acometido en defensa de lo Público y en “La planificación democrática y participada” se destaca los principales hitos de pensar el futuro de manera colectiva: la planificación territorial para la mayoría de la población, la estrategia en el turismo: turismo sensible, Plan estratégico 2002-2012, plan especial del diseminado: el peligro de la ciudad difusa, plan de movilidad urbana sostenible , así como un apartado sobre las dificultades para distinguir los árboles y el bosque. Se hace referencia  a un trabajo de investigación de un grupo de profesores de la Universidad de Sevilla, encabezados por Alfonso Fdez  Tabales: Gobernanza Territorial y gestión de destinos turísticos. Análisis de buenas prácticas vinculadas a la limitación del crecimiento urbano en la Costa de Cádiz.

El relato sigue explicando el papel de la empresa pública ROSAM, poniendo en valor el poder de esta empresa municipal para la construcción de viviendas de promoción pública, infraestructuras y equipamientos. Otro apartado está dedicado a la recuperación de la memoria y a  la libertad de expresión y otro importante para conocer la esencia del trabajo político realizado en Conil es “La renuncia voluntaria a urbanizar el frente litoral”. Por último el apartado que da nombre al título del libro es “El esfuerzo colectivo”, aquí se reproduce un trozo de lo escrito para que se entienda el porqué de ese título:

El esfuerzo colectivo

Con motivo de la campaña electoral de las elecciones municipales de 2007, tuve ocasión de acompañar y, a su vez, apoyar al candidato entonces a la Alcaldía de Barbate por IULV-CA, Juan Antonio Criado. Durante la rueda de prensa de presentación del programa electoral, un periodista preguntó: ¿De dónde iban a conseguir o comprometer el dinero que Barbate necesitaba para salir de la situación en que se encuentra actualmente?, dando a entender las dificultades de IU para adquirir estos medios, pues no gobernaba ni en Diputación, ni en la Junta, ni en la administración central, ante la conocida bancarrota de las arcas municipales de Barbate.

Después de responderle mi compañero, añadí que Barbate precisamente estaba en la situación actual por partidos que durante años han gobernado esta localidad y otras administraciones, y sin embargo no se ha notado lo más mínimo. PP y PSOE siempre pregonan su influencia en Diputación, Junta o Estado y cuando llegan a gobernar en una localidad no les sirve absolutamente de nada. Esto es así porque carecen de un verdadero proyecto político, que con los pies en la realidad y contando con los ciudadanos solucionen los problemas reales que estos tienen.

Continué aseverando que sus propuestas se reducen a mirar al cielo, a las alturas, a ver lo que les viene de fuera, por el conocimiento que tengan en otras administraciones de cargos públicos de su propio partido. No proponen proyectos de desarrollo de la ciudad, alrededor del cual articulen a los ciudadanos y ciudadanas, a la sociedad civil. Manifesté que Barbate seguiría igual si no rompe definitivamente ese círculo vicioso y aprende que para que pueda existir un cambio, el pueblo tiene que creer en él. Después de tantos años de la misma política es difícil que la ciudadanía pueda comprender que existe otra forma de gobernar. Pero ahí está nuestro trabajo, el de IU, de mostrar otra manera diferente de solucionar los problemas.

Afirmé, que cada vez que se celebran elecciones municipales se confrontan diversas maneras de entender la política local. Unos llevan como estrategia el desembarco exagerado de numerosos cargos públicos de diferentes instituciones, por los diferentes municipios acompañando a los candidatos de su partido. Dando a entender de manera descarada, pero falsa, que si los votan van a tener favores de las instituciones que gobiernan. El pavoneo de cargos públicos, con sus promesas por los diferentes pueblos, es una gran mentira que se repite cada cuatro años con motivo de las elecciones. Y digo mentira, porque la demostración más palpable de esto son los pueblos y ciudades gobernadas por grupos políticos diferentes que se han desarrollado y avanzan sin necesidad de pleitesías ni reverencias a nadie.

En contraposición, dejé claro que, en Conil, tenemos y queremos tener buenas relaciones con otras instituciones, pero mantenemos un discurso y proyecto político autónomo. Desde que gobierna IU en Conil, desde 1995, nuestro pueblo avanza más que nunca, en empleo, en viviendas sociales, en zonas protegidas, en nuevos equipamientos públicos e infraestructuras. En definitiva, en mejor calidad de vida de todos los ciudadanos y ciudadanas. Pero lo más importante, añadí, es que los conileños miran el horizonte despejado, con esperanza e ilusión en el futuro, sabiendo que nada cae del cielo ni nadie les regala nada, sino con la sabiduría de que el futuro se construye con el esfuerzo colectivo de todos los que viven aquí. Por último, terminé diciendo que trabajaba para que el resultado electoral confirmara de modo contundente esta manera, profundamente democrática, de entender la política.

En aquellas elecciones, ganó IU en Conil y el PSOE en Barbate. Dos maneras de entender la política y dos maneras de elegir su futuro. Quiero hacer constar que respeto profundamente la libre elección de los barbateños y barbateñas. Y que no pretendo comparar a nuestros pueblos, considerándonos vecinos y hermanos. Solo lo he utilizado como ejemplo para confrontar dos maneras de entender la política: como esfuerzo colectivo o como clientelismo.

En junio de 2009 escribí, que aunque la palabra clientelismo parezca antigua e incluso en desuso para muchos, sobre todo para los más jóvenes, su significado en su sentido más amplio, se manifiesta en el día a día de la política nacional, sobre todo en muchos pueblos y ciudades de Andalucía. Según el diccionario de la RAE, el clientelismo es un sistema de protección y amparo con que los poderosos patrocinan a quienes se acogen a ellos, a cambio de su sumisión y de sus servicios. Pero podemos encontrar otras definiciones navegando por Internet, como «el clientelismo político es un sistema extraoficial de intercambio de favores, en el cual los titulares de cargos públicos regulan la concesión de prestaciones, obtenidas a través de su función pública o de contactos relacionados con ella, a cambio de apoyo electoral». En definitiva, es una malformación del sistema democrático que persiste en el tiempo. En la política clientelar no existen los ciudadanos, sino «clientes» a los que se les compra su voluntad o se les castiga o perjudican sino colaboran con esa política.

Los pueblos y los ciudadanos tienen derechos: al trabajo, la vivienda, a buenas infraestructuras y equipamientos, a la salud, a la educación, a servicios sociales, a la cultura, etc. sean del pueblo que sean y voten al partido que voten. El bipartidismo tiene como estrategia convertir a los ciudadanos en clientes agradecidos. IU lleva casi 20 años en el gobierno municipal haciendo políticas para personas libres con derechos, por eso, en Conil confían en nosotros.

Pero lo más grave, en algunas ocasiones es cómo el PSOE local influye, o lo pretenden, en sus compañeros que gobiernan en otras instituciones para que no se realice alguna inversión o se retrase, perjudicando grandemente al pueblo, intentado que nos nieguen «el pan y la sal» desde las instituciones que «controlan» ellos, con el cinismo de defender a esta institución cuando se exige por parte de IU que se realice cuanto antes la inversión pretendida. Defendiendo más a su partido que a su pueblo. Otras formas de clientelismo es subvencionar con dinero público a asociaciones donde la directiva es afín a su partido, fomentando el vicio del agradecimiento servil, del clientelismo. Nuestra obligación es denunciar estas prácticas porque ponen en peligro la democracia y la libertad de elegir y decidir como ciudadanos con derechos. Ya hace siglos, en un clásico de nuestra literatura, se hacía mención a lo anterior, en el Quijote. Este le dice a su fiel escudero: «La libertad, Sancho, es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos… ¡Venturoso aquél a quién el cielo dio un pedazo de pan, sin que le quede la obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo!».

La actitud de los partidos de la oposición en Conil, durante estos años de gobierno de IU, ha sido, en líneas generales, el de «poner palos en la rueda de la carreta» para que no avanzáramos. Salvo en períodos concretos, legislatura 1995-99, y dependiendo del tema y las personas. Especialmente el PSOE, ha sido excesivamente cuidadoso de que las instituciones gobernadas por ellos, o sea, Diputación, Junta, Gobierno Central, nos condicionara las políticas (depuradora, Castilnovo, guardería municipal, PGOU, convenio gestión Monte de Roche, y muchas más, que afortunadamente no pudieron convencer a sus compañeros). Especialmente se agudizaron estas malas prácticas en el período de secretaría local y portavoz del PSOE de Eva Leal, pues incluso con un pacto de estabilidad del Ayuntamiento de Conil, al firmar el acuerdo de gobierno de la Diputación Provincial (2007-11), era puesto en peligro por su actitud de bloquear el presupuesto municipal y medidas urgentes y necesarias para la localidad.

A los diez años de gobierno municipal, en 2005, hicimos una campaña para reflexionar y rendir cuentas de lo realizado en esa década. La campaña que además, pretendía que el pueblo nos siguiera apoyando, con el lema «MÁS QUE NUNCA», explicitaba que habíamos avanzado en esto 10 años más que nunca, pero para seguir cambiando nuestro pueblo necesitábamos el apoyo del pueblo, también, «más que nunca».

En un acto público, en la Torre de Guzmán, haciendo alusión a las trabas e impedimentos que nos ponían otras instituciones y los partidos de la oposición, relaté un cuento, la fábula del «El pez en el agua», que el subcomandante Marcos le refiere a Vázquez Montalbán, y que este recoge en su libro Marcos: El Señor de los espejos. Cuenta la historia que había una vez un pez muy hermoso que vivía en el río y el león quería comérselo, pero como no podía nadar, pidió asesoría con la zarigüeya y esta le dijo: «Es muy sencillo, el pez no puede vivir sin agua. Lo único que tienes que hacer es beberte el agua del río y así el pez se quedará sin movimiento y, entonces podrás atacarlo y comerlo». El león se mostró satisfecho con la asesoría de la zarigüeya y la recompensó con un puesto en su reino. Fue el león a la orilla del río y empezó a beberse el líquido. Bebió y bebió tanto que murió reventado de agua. Está claro que el león es el PSOE y la zarigüeya, todos aquellos que incitaban a este partido que nos dejara sin «agua».

El PSOE nunca nos ha perdonado que le ganáramos las elecciones municipales en 1995, ni las sucesivas hasta ahora, en 2015. Creen que le hemos «robado» algo, cuando los ciudadanos votan lo que creen conveniente a sus intereses. Nadie es propietario ni de votos ni de votantes. Tan es así lo anterior que, en alguna ocasión que me reuní con el fallecido vecino de Conil, dirigente y diputado del PSOE, Alfonso Perales. Tuve que hacerlo en lugares donde no frecuentaran sus compañeros, y además con discreción, para que no lo supieran, pues instigaban al diputado para que no se reuniera conmigo.

Le tengo que agradecer a Alfonso Perales, su capacidad de diálogo y el apoyo que prestó a Conil en la autorización para poder firmas las escrituras de las parcelas de Roche con los colonos y sus herederos, ejerciendo el cargo de Consejero de Gobernación de la Junta.

De igual manera es justo mencionar su ayuda para la autorización de Demarcación de Costa, para la apertura hacia el paseo marítimo de la bajada del Chorrillo.

Salvo esta anécdota, las relaciones con otras instituciones hemos intentado mantenerlas dentro del diálogo normal que debe existir, independientemente de la formación política que gestione o gobierne cada una. Pero es necesario decir que nosotros hemos aplicado siempre la gestiónpresióngestión, dependiendo del caso y del momento del proceso. El círculo vicioso de las dificultades del gobierno, por causa del contexto, de otras instituciones, lo hemos superado con el esfuerzo colectivo, con la ayuda del pueblo, manteniendo con él una relación dialéctica fructífera. Nuestra «agua» han sido las ciudadanas y ciudadanos que nos han permitido ganar la hegemonía durante estos años.

Después de diferentes movilizaciones y gestiones realizadas por el Ayuntamiento y los vecinos en apoyo del sector pesquero y el desdoblede la carretera Nacional-340, apareció en el diario de Cádiz un artículo firmado por la periodista M.ª Oliva Rendón, que ponía en valor el espíritu de lucha, sacrificio y esfuerzo de los conileños y conileñas. Era el 7 de septiembre del 2000. Ese día empezaba la feria de Conil. Me pareció tan sorprendente y real el artículo, que lo leí en el acto de inauguración de la Feria, con el espacio de la «La Plaza Roja» de la Torre de Guzmán repleta de personas. Entendí que era necesario leerlo para que se supiera cómo nos veían desde fuera de nuestro pueblo y para subir la autoestima después del esfuerzo realizado, pues nos valoraba positivamente como pueblo.

Me permito reproducirlo aquí, porque aunque han pasado los años, el artículo recoge el espíritu y la coherencia del esfuerzo colectivo. Su título, «Tierra de bienes», decía lo siguiente:

"Hay lugares tocados por la suerte o quizás por la mano de dios. Aunque lo más probable sea que sus gentes saben sacarle partido a lo que la naturaleza les concede. Hay aquí cerca un pueblo, Conil, que aprendió a andar por sí mismo. Es como el vecino rico al que todo le va bien.

Sin comer de la sopa boba de las subvenciones y los PER, supo y sabe tirar para adelante capeando los peores vendavales.

Se deja querer en verano, cuando las calles están abarrotadas de turistas dispuestos por pagar por dormir hasta debajo de unas escaleras, o en el rincón del patio, si el cartel de completo cuelga en hoteles y pensiones.

Pero los conileños saben que no solo de turistas vive un pueblo y por eso, mientras unos aprovechan el tirón de las playas, otros se esmeran en cultivar huertos. Los mejores huertos. De donde salen frutas y hortalizas que, a través de las eficientes cooperativas, son distribuidas por toda la provincia con la garantía de su lugar de origen.

Y sino, tienen el mar. Un espacio al que miman como una parcela que hay que cuidar de los depredadores que vienen, esquilman y se van sin tener en cuenta que estas costas están protegidas con el celo de quienes intuyen que no es bueno matar a la gallina de los huevos de oro. Por eso se levantan en pie de guerra cuando otros barcos destrozan sus caladeros y sus porvenires.

Y ahora emergen de la tranquilidad que da el saber que se hacen cosas con sentido común, para ir contra aquellos que no valoran el bien común. Y por eso también se levantan contra las instituciones, contra los que manejan los dineros públicos, y cortan carreteras cuando la paciencia se agota.

Lo mínimo que se le debe dar a un pueblo, en el que un polígono industrial se subasta en veinte minutos, son buenas infraestructuras. Piden no tener que soportar continuos atascos o, simplemente, no tener que arriesgar la vida cada vez que cruzan la calzada. En Conil, tierra de bienes, piden lo que se merecen."

He subrayado lo que creo que pone de relieve con más énfasis, lo que son características propias de un acerbo local, que históricamente se ha transmitido entre generaciones, y que IU ha puesto en valor, modelando estas características, adaptándose, a su vez, como organización política a la idiosincrasia del pueblo sencillo. La reciprocidad manifiesta ha sido alimentada durante más de 20 años, lo que ha supuesto un avance para el cambio y la mejora de la calidad de vida de las personas que vivimos aquí.

El lema «pensar globalmente, actuar localmente» es perfectamente asimilable a la situación descrita. Con errores, contradicciones y dificultades hemos sido capaces, desde la concepción ideológica de la izquierda transformadora, bajar a lo concreto. Conectando con lo que sentía, necesitaba y soñaba la mayoría de la población de Conil.

Creo, sinceramente, que la izquierda donde logra la hegemonía es capaz de mantener sus ideas, transmitiéndolas en lo concreto, en lo real, no como un manual; sí teniendo en cuenta la realidad concreta y cambiante, y es capaz de sintetizar las aspiraciones y las frustraciones del ciudadano/a trabajador/a, convirtiéndolas en propuestas concretas para el cambio.

Tener en cuenta la historia, la cultura, las experiencias colectivas, los sectores dinámicos y conservadores; la estructura económica en su contexto, pero con las peculiaridades propias del lugar. Durante años la izquierda ha pretendido aplicar sus ideas como recetas o manual de uso, sin considerar los ritmos, las condiciones objetivas y subjetivas propias de cada pueblo, ciudad, región o país. Ya Gramsci criticó a Bujarín por su manual marxista aplicable de manera igual a todos los lugares y circunstancias. Si triunfó la revolución cubana y se mantiene es porque tuvo y tiene en cuenta las características propias del pueblo cubano.

De la misma manera, en Latinoamérica, la izquierda anticapitalista ha ganado la hegemonía teniendo en cuenta las luchas históricas, los procesos propios de fracasos y victorias parciales, las raíces indígenas, las formas de organizarse, etc. Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Uruguay, Brasil, Cuba… son experiencias colectivas de lucha hacia una sociedad más igualitaria, y, por tanto, más justa, que nos conduzcan al socialismo del siglo XXI.

Existen muchas experiencias diferentes en países, regiones, ciudades que tenemos que poner en valor, como gérmenes o embriones que anuncian un sistema nuevo, de transición para acabar con el sistema capitalista actualmente, en su fase neoliberal.

Un dogma es una dictadura intelectual. Lo importante es el método de análisis de la realidad y los principios o ideas para transformarla.

El esfuerzo colectivo no tendría sentido si no estuviera ligado a un proyecto político asumido por una mayoría que lo sustenta, y con ello, a la fuerza política que lo propone o defiende. La complicidad necesaria entre el pueblo y la institución municipal ha sido clave en estos años de gobierno. Esta complicidad ha sido forjada a lo largo del tiempo por la confianza mutua, demostrada por la coherencia entre lo que decía en la oposición, en las campañas electorales y el ejercicio del gobierno municipal.

En la oposición actuamos como caja de resonancia de los problemas de los vecinos, sectores económicos, barrios, asociaciones, etc. Conociendo los problemas de primera mano, elevándolos al pleno municipal para su conocimiento por el gobierno. Además de socializar la problemática, para amplificar la comprensión del problema por el resto de los ciudadanos; rompiendo el cerco que siempre busca el aislamiento del problema y del sector afectado. La solidaridad empieza por el conocimiento de la dificultad del otro.

La lucha del sector pesquero conileño para mejorar las instalaciones portuarias y por la defensa de su caladero tradicional fue asumida por toda la población; o la de los almadraberos en defensa de este arte de pesca milenaria. La lucha de los pequeños agricultores de la huerta ante los problemas de la agricultura, ha sido apoyada por una amplia mayoría de ciudadanos.

Si en la oposición utilizábamos el método mencionado anteriormente, con el acceso al gobierno municipal empleamos la institución para lograr las aspiraciones reflejadas en nuestro programa, siendo sensibles a las reivindicaciones de los colectivos ciudadanos. Utilizamos el mismo procedimiento pero con la variante de la fuerza que da tener el poder municipal para lograr los objetivos del proyecto político.

El esquema siguiente, con algunas variaciones según el tema y la fortaleza o debilidad del colectivo, es el que hemos puesto en práctica:

 

 

Este esquema no es teórico, sino elaborado después de la práctica: las luchas mencionadas de los pescadores, los almadraberos y los agricultores. La plataforma en defensa de la educación pública, con sus luchas de mano del Ayuntamiento consiguió la mayor inversión pública en los equipamientos escolares públicos de la localidad: construcción del CEIP Tomás Iglesias, nuevo colegio público infantil La Laguna, nuevo instituto en el Colorado, reforma instituto Atalaya, adaptación de Los Molinos a instituto de secundaria, reformas y ampliación en las unidades del CP Rural Agrupado…

Conjuntamente con las AMPAs emprendimos las reivindicaciones, las movilizaciones y las gestiones.

En septiembre del 2000, una comisión de la plataforma en defensa de la enseñanza pública, se reunió en Sevilla con responsables de la Consejería de Educación, para plantear la situación en la que se encontraba la localidad y la necesidad de que, cuanto antes, comenzaran las obras de los distintos centros escolares. Desde la Consejería se adquirió el compromiso de la firma del IX convenio ejecutivo para las obras del nuevo centro infantil del Menéndez Pidal; así como el nuevo colegio de 18 unidades en el Santo (CEIP Tomás Iglesias), se realizara en el menor plazo posible.

Por parte de la plataforma estuvieron representantes de las AMPAs, de los sindicatos de profesores de la ciudad, los portavoces de IU y PSOE y yo, como Acalde.

El retraso en la ejecución de la Red de Centros planificada en Conil, en concreto, la de estos centros mencionados provocó que la plataforma convocara una huelga en septiembre del 2001, a comienzo de curso. Fue un éxito. Unas mil personas, entre padres y alumnos protagonizaron una concentración ante las puertas del CEIP Menéndez Pidal, donde se reivindicó la agilización de las referidas obras; así como la aplicación total de la Red de Centros. Asistí a la concentración para mostrar el apoyo del Ayuntamiento a la justa lucha de la plataforma.

Recuerdo una reunión con la delegada provincial de Educación y las AMPAs, en el CEIP Los Molinos, para desbloquear la situación, que al fin se consiguió, no sin pasar momentos tensos. Las inversiones han supuesto una mejora considerable de los equipamientos públicos educativos. Después de movilizaciones, concentraciones en las puertas de los centros escolares y frente a Delegación Provincial de Cádiz, se lograron los objetivos…
 

El libro lo prologa Cayo Lara  y el actual Alcalde de Conil Juan Bermúdez, siendo el epilogo colectivo, explicando cada Concejal de IU de manera breve su opinión sobre los años de Gobierno y el trabajo dela organización en Conil.

El relato está  repleto de citas, con la pretensión de ayudar a comprender esta historia local que busca trascender a ese ámbito. Walter Benjamín escribía “Las citas son como salteadores de caminos que irrumpen armados y despojan de su convicción al ocioso paseante”. La intención al escribir el libro ha sido mantener nuestras convicciones y que se conozca nuestra experiencia, por si algo de ella puede servir para aplicarla en otros lugares.