Luis Segura Peñas. Comunistas en tierra de olivos. Historia del PCE en la provincia de Jaén (1921-1986). Universidad de Jaén, Jaén, 2019.

 

Comunistas en tierra de olivos. Historia del PCE en la provincia de Jaén (1921-1986) es el título de un libro que ha visto la luz hace unos meses, del que es autor Luis Segura Peñas, y que ha publicado la Universidad de Jaén. Luis Segura Peñas es bien conocido en el PCE y en Izquierda Unida, pues ha pertenecido a los órganos de dirección del  PCA desde mil novecientos ochenta y cinco y ha participado en Izquierda Unidad desde su creación en mil novecientos ochenta y seis. Nació en Torres (Jaén), estudió Teología en la Universidad de la Compañía de Jesús en Granada y, más tarde, Derecho en la Universidad de Jaén; desde el año mil novecientos ochenta es funcionario de carrera y ha ejercido su trabajo en la Universidad de Granada, en la Escuela de Magisterio de Ceuta hasta mil novecientos ochenta y cinco, y después, en la Escuela Universitaria Politécnica de Linares que, desde mil novecientos noventa y tres, forma parte de la Universidad de Jaén. Luis Segura ha compatibilizado su trabajo de Bibliotecario con distintas responsabilidades políticas: Diputado Provincial y Concejal del Ayuntamiento de Linares, Secretario Provincial del PCA y Coordinador Provincial de Izquierda Unida. En julio de 2015, dejó todos los cargos orgánicos y, actualmente, solo asiste a las reuniones del PCE y de IU en Linares; eso, entre otras cosas, le ha permitido llevar a cabo este trabajo sobre la historia del PCE, que combina a la perfección el rigor investigador y el compromiso militante, pues son muchas las fuentes y los testimonios que aparecen a lo largo de estas quinientas páginas, analizados a fondo y sistematizados por quien lleva más de cuarenta años en el Partido.

Comunistas en tierra de olivos es, sin duda, un libro de historia en sentido académico, pero es más que una obra académica porque en el texto, muy bien escrito, muy bien fundamentado y muy bien estructurado, late la pasión de quien se siente parte de esa Historia y quiere no solo dejar constancia de lo que fue el PCE, sino de lo que es y de lo que está llamado a ser por su voluntad histórica de unir desde la izquierda. Desde la primera a la última página, refleja una concepción política que se fundamenta en la ética: en la ética del compromiso por analizar y cambiar el mundo; en la ética de la representatividad de esos hombres y mujeres siempre ligeros de equipajes y dispuestos a aceptar —y a dejar— las responsabilidades que el Partido les encomendaba; en la ética de la resistencia frente al poder expresada en la voluntad de reorganizar y reconstruir la organización y de buscar en cada coyuntura histórica la estrategia adecuada… Una ética de la resistencia que vemos también en las cartas que llegaban a la emisora Radio España Independiente, escritas con entusiasmo militante, desde la solidaridad y la convicción de que el PCE es un buen instrumento para organizar la lucha por la justicia y la libertad. En el libro vemos, junto a documentos de los años veinte, octavillas confeccionadas en los años cincuenta y leemos versos de tres poetas militantes del Partido Comunista que coinciden en Jaén entre el invierno y la primavera de mil novecientos treinta y siete: a quien más conocemos, sin duda, es a Miguel Hernández que escribió su poema «Aceituneros» el dos de marzo y apareció en el primer número de Frente Sur; los otros dos poetas son Pedro Garfias y José Herrera Petere y, tal y como aparece en el libro, los tres son la representación perfecta del poeta soldado, porque conocen el frente y la línea de batalla, ven de cerca la muerte y ponen su palabra al servicio de la causa que comparten y defienden.

También encontramos en el libro las palabras del Ministro de Agricultura Vicente Uribe con la propuesta de política agraria del PCE,  las de Dolores Ibárruri en la clausura de la Conferencia Provincial celebrada en mayo de mil novecientos treinta y siete, las del guerrillero Tomás Villén… Y encontramos, a lo largo de más de setenta años de Historia, a muchos hombres y mujeres ligados, de una u otra forma, al Partido Comunista de España y unidos en la lucha por la libertad, por mejorar las condiciones de vida y de trabajo: los comunistas que organizaron el PCE en los años 20, los que vivieron la proclamación de la República y asistieron al IV Congreso en 1932; la lucha de los campesinos por la tierra, el golpe de estado contra la República y la Guerra Civil, el final de la Guerra y la dictadura franquista; la política de reconciliación nacional, la persecución de los militantes comunistas en los años 60 y 70 y la reorganización del Partido; la legalización del PCE, la transición política, el Partido en los años 80…

Podemos leer en la cubierta que este libro es una aportación para recuperar la memoria y la trayectoria colectiva de miles de hombres y mujeres de Jaén que han abrazado las ideas y los valores comunistas en una provincia que ha luchado mucho, que ha resistido mucho y que ha sido fuertemente golpeada, tanto por terratenientes y caciques como por el franquismo y sus instrumentos de dominio y represión… Y yo pienso, parafraseando una cita de Albert Camus en La peste, que este libro es el testimonio de lo que fue necesario hacer y que sin duda deberían seguir haciendo contra el terror y su arma infatigable, a pesar de sus desgarramientos personales, todos los hombres —y las mujeres, por supuesto— que, no pudiendo ser santos, se niegan a admitir las plagas y se esfuerzan, no obstante, en ser médicos. Creo que podría cambiar perfectamente «médicos» por «comunistas», aunque algunos que conocemos en esta provincia, como Cayetano Bolívar y Federico Castillo, fueron las dos cosas… Pero los hombres y mujeres que aparecen en estas páginas —obreros de la construcción y jornaleros del campo, mujeres trabajadoras sin derechos laborales, poetas, enfermeras, trabajadores de la industria y los servicios, emigrantes temporeros y otros que se quedaron y echaron raíces en el País Vasco, en Cataluña, en Alemania y en Suiza, bibliotecarios como Luis Segura Peñas…— todos tienen en común que forman parte o están cerca del Partido Comunista y, en medio de las dificultades, han demostrado —y vuelvo a citar a Albert Camus— que hay en los seres humanos más cosas dignas de admiración que de desprecio y eso es un signo de esperanza en los tiempos que vivimos. De esperanza y de solidaridad porque, como dice María Teresa León, no se respira bien cuando se tiene todo el aire para uno solo y compartir el aire y la vida ya es ser instancia crítica al sistema que nos quiere aislados y cada vez más encerrados en nuestro propio yo. Este libro rescata la memoria no de forma nostálgica, sino para saber de dónde venimos y decidir adónde vamos, sin renunciar a los nobles ideales que han movido a tanta gente a lo largo del tiempo y siendo protagonistas de una historia cuyos verbos se conjugan en primera persona del plural, tanto para celebrar los aciertos como para criticar los errores. Por eso coincido con Ernesto Caballero, dirigente comunista y autor del prólogo del libro, cuando dice que esta obra es «imprescindible para conocer la historia de PCE en la provincia de Jaén, para conocer la historia del Movimiento Obrero, en definitiva, para conocer nuestra historia» y pienso, sinceramente, que cualquiera que lea Comunistas en tierra de olivos comprenderá que es verdad.