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La celebración del aniversario de la constitución del Partido Comunista de Andalucía, es un buen momento para hacer una reflexión, no sólo sobre nuestra historia, sino también sobre la realidad de nuestra tierra. En este sentido nadie puede dudar que Andalucía es una tierra rica en recursos naturales y humanos, con un pasado cultural potente, una situación geográfica estratégica, pero que sin embargo vive históricamente en una situación social y económica deficiente sin capacidad para decidir sobre sus recursos y riquezas naturales que llevan siglos en manos de intereses foráneos.

Desde esta realidad, el PCA se constituye con la voluntad de ser una contribución a la creación de un Poder Andaluz que tenga su base en una conciencia de Pueblo Andaluz, partiendo del convencimiento de que solamente la clase obrera y el campesinado pueden tener la energía y suficiente para constituir una identidad andaluza propia de carácter abierto, solidario y que construir un modelo de desarrollo que permita el mejor aprovechamiento de las riquezas y recursos naturales de nuestra tierra para conseguir superar siglos de marginación y deficiencias.

Era consciente el PCA en su primer Congreso que en Andalucía no había una conciencia nacionalista, entre otras cuestiones porque no ha existido una burguesía asentada en el territorio con interés en el desarrollo de una identidad propia, pero nadie duda que existe una conciencia de Pueblo Andaluz que se identifica con una historia y una cultura propia que le confiere una identidad perfectamente diferenciada y que mantiene la reivindicación de superar desequilibrios económicos y sociales, fruto de la construcción de un modelo económico y social dependiente que tiene su base en el momento en el que la tierra de Andalucía se repartía como botín de guerra entre señores que tenían sus intereses en la Corte y que dio lugar al latifundismo que lastro el desarrollo de una agricultura andaluza de carácter productivo, ya que la mayor parte del valor añadido de la producción agrícola andaluza se genera fuera de nuestro tierra, modelo económico que sigue vigente en la actualidad con un modelo turístico especulativo en manos de cadenas empresariales que tienen sus centros de decisión fuera de Andalucía.

Estos planteamientos que se formularán en el primer congreso del PCA formaban la base del planteamiento de considerar Andalucía como una nacionalidad emergente, defendiendo la construcción de un Poder Andaluz como el motor de la recuperación social, económica e industrial que permitiera acabar son siglos de atraso, desigualdad, desempleo, e emigración.

Desde esta línea política la organización Comunista andaluza ha sido clave en la historia de nuestra comunidad, primero en la masiva movilización del 4 de Diciembre de 1977 en el que se reclama directamente el derecho de Andalucía de alcanzar el máximo nivel de autogobierno en igualdad con las llamadas «nacionalidades históricas», después, ya constituido el PCA fuimos determinantes a la hora que ganará el SI en el Referéndum del 28 de Febrero de 1980 consiguiendo romper la España de doble velocidad que pretendía crear la derecha, este triunfo del SI, abría la puerta para poder desarrollar un Modelo de Estado, equilibrado y solidario con la posibilidad de alcanzar la máxima capacidad de autogobierno para lo distintos pueblos del Estado, puerta que fue cerrada con el acuerdo del PSOE con la derecha para impulsar una legislación re centralizadora, reflejada en la LOAPA que marco un camino que dejó sin desarrollar un Modelo de Estado que podía haber evitado la situación de frustración y enfrentamiento que hoy viven determinados Pueblos del Estado.

También el PCA fue muy importante a la hora de culminar la última reforma del Estatuto de Andalucía, alcanzando competencias e instrumentos que pueden ser muy útiles a la hora de conseguir un modelo de desarrollo socialmente y económicamente avanzado, lástima que gran parte de los artículos más avanzados de nuestro Estatuto sean papel mojado.

En el mismo sentido hay que señalar que el PCA desde su constitución ha tenido claro que una seña de identidad propia ha sido la lucha por conseguir una Andalucía de Paz, libre de Bases Militares extrajeras, que evite que parte de nuestro territorio sirva de base de lanzamiento para operaciones militares que causan destrucción y muerte en Pueblos inocentes.

Pues bien, la cuestión a plantear en este momento es la necesidad de actualizar nuestra apuesta porque el PCA sea un instrumento al servicio de la construcción de una Andalucía de progreso, socialmente avanzada, con capacidad para poner las riquezas y recursos naturales al servicio de mejorar la calidad de v de nuestro Pueblo, y al mismo tiempo prestar un importante apoyo a la construcción de un Modelo de Estado en el que cada Pueblo tenga la capacidad de decidir el grado de autogobierno que considere mejor para resolver sus necesidades, y más adecuado a su historia e identidad.

De esta manera, como decía, este es un buen momento para hacer una reflexión sobre nuestra historia, desde una experiencia que puede ser muy útil para sacar enseñanzas a la hora de afrontar la actual coyuntura en la que tenemos el reto de conseguir que el actual Gobierno de la Junta de Andalucía sostenido por PP, Ciudadanos y Vox sea solamente un paréntesis en nuestra historia, y que el futuro de nuestra tierra este basado en conseguir los objetivos de progreso y desarrollo que necesita nuestro Pueblo.

De esta manera, en un primer lugar, es necesario señalar que la constitución del PCA no partía de cero, sino que representaba la continuidad histórica del comunismo en Andalucía, en la lucha contra la dictadura de Primo de Rivera, durante la República y la Guerra Civil, frente a la dictadura franquista y en los primeros años de la Restauración de la Monarquía Borbónica, una trayectoria en la que, si algo ha caracterizado a la organización Comunista andaluza es el convencimiento de la necesidad de conjugar tres elementos, elaboración de una propuesta política, que conjugue la defensa de los intereses de la Clase Obrera con un desarrollo democrático de la sociedad, al tiempo que se toma conciencia de qué solamente la Unidad de la Clase Obrera y de las Fuerzas Políticas que la representan pueden disputar la hegemonía política, social e institución a las fuerzas del Capital.

Conjugar un proyecto de Clase, adecuado a la realidad de una Andalucía que tiene unas características propias, consecuencia de un desarrollo capitalista que la ha mantenido dependiente y con poca capacidad para poder utilizar sus riquezas naturales en beneficio de la mejora de la calidad de vida del Pueblo Andaluz y conseguir una Soberanía Popular.

De esta manera el PCA desde su constitución defendió propuestas para dar transformar Andalucía, recuperando el tiempo sustraído por, la dependencia económica y el caciquismo político, entroncando con las históricas luchas obreras y campesinas, planteando una Reforma Agraria Integral, una industrialización sostenible que permitiera el aprovechamiento de la riqueza agrícola y poner fin a la precariedad como forma de vida obligada por condiciones de trabajo casi serviles, todo ello con una defensa del medio ambiente que en Andalucía es fuente de riqueza necesaria para asegurar un desarrollo futuro.

Nuestro corto paso por le Gobierno de la Junta de Andalucía demostró qué es posible poner en marcha proyectos como el Banco de Tierras, una Banca Pública andaluza, una legislación que desarrollase el carácter social de la vivienda, una Ley de Memoria Democrática, así como avances en materia de igualdad y libertad sexual, pero los poderes económicos, las fuerzas del régimen se impusieron y el PSOE rompió ese Gobierno, guardando en un cajón la mayoría de esos proyectos porque a Susana Díaz le resultaba más cómodo gobernar con Ciudadanos que mantener un Gobierno con perspectivas transformadoras, en lo que resultó finalmente abrir la puerta al actual Gobierno de la derecha en Andalucía. Experiencia que por cierto debería tener en cuenta el actual Gobierno de Pedro Sánchez.

Al mismo tiempo una característica que identifica al PCA en su historia es la conciencia de la importancia de la organización, en primer término porque la política que no se organiza no existe o lo que es peor, se convierte en un elemento de dispersión y desgaste político, pero también porque solo desde un Partido organizado y activo se puede incidir en la lucha de clases que hoy en Andalucía se está dirimiendo frente a una derecha cada vez más reaccionaria y autoritaria y con un PSOE que se niega a realizar la autocrítica de su protagonismo en la ruptura del Gobierno de coalición con IULV-CA, ni procede a una renovación que la regenere.

La conciencia de que en las organizaciones de base, sean células, agrupaciones o núcleos esta la fuerza del Partido, para poder llevar a la práctica las propuestas políticas que se elaboren colectivamente es la clave para un fortalecimiento del PCA, de esta manera en la vida del PCA, los encuentros de agrupaciones o de núcleos, las entregas de carnet no eran actividades burocratizadas, sino instrumentos para la elaboración de una propuesta política y sobre todo para organizar la acción de cara al exterior, porque nunca ha sido el PCA una organización encerrada en sí misma, insolidaria con el resto de organizaciones del Estado, al contrario desde Andalucía siempre se antepuso el interés general del proyecto del PCE a otro tipo de apetencia, aportando ideas, propuestas y dirigentes en el proyecto colectivo, de la misma manera que se adapto el proyecto inicial de Convocatoria por Andalucía para entroncarlo en el Proyecto Federal de IU, incluso planteando un concepto de unir en la propia definición andaluza de la nueva organización la idea de Izquierda Unida con la de Convocatoria por Andalucía para señalar la necesidad de dotar de un desarrollo específico de la Convergencia en Andalucía, de manera que a nadie puede sorprender que el PCA rechace y se oponga activamente a los movimientos que pretenden impulsar un modelo de convergencia de carácter confederal, desvinculando Adelante Andalucía de Unidas Podemos.

Ligado a esta idea de fortalecimiento de las organizaciones de base, nos encontramos con otra característica del PCA que es su municipalismo, su presencia en decenas de Gobiernos Locales y Alcaldías, con el desarrollo de experiencias de políticas alternativas permite tener un fortaleza en tiempos de retroceso político y electoral, de esta manera en estos momentos en los que se necesita fortalecer un proyecto de convergencia insertado en la convergencia federal, en línea con lo que están defendiendo tanto el PCE como el PCA, ponga en valor el trabajo que se desarrolla desde la base en los municipios tiene la importancia de conjugar la propuesta política con su aplicación concreta para conseguir que más pronto que tarde se consiga revertir el actual Gobierno de la derecha en Andalucía y poder avanzar hacia una mayoría social y política que permita ganar una salida socialmente avanzada de la crisis haciendo frente a la ofensiva de una extrema derecha, mas crecida que nunca, decidida a dominar la calle, para que sea el Gran Capital quien recoja los frutos de la inestabilidad social y económica, por ello no hay que restar importancia a lo que está ocurriendo en nuestras calles, no solo por sus consecuencias inmediatas de que la ultra derecha aparezca como la dueña de la calle, sino porque genera un ambiente de crispación y enfrentamiento civil.

Hoy por hoy quienes salen a la calle, alentados por discursos incendiarios de los políticos y medios de comunicación ultraderechistas, están desarrollando una estrategia basada en degradar al máximo la situación social y económica, para provocar el enfrentamiento social y tener una oportunidad para recuperar el control de la situación política, económica e institucional.

Desde esta perspectiva hay que estudiar a fondo como dar respuesta a esta ofensiva del bloque dominante, porque nos jugamos mucho, tenemos el reto la ser capaces de  conseguir conectar, dar seguridad y perspectivas de futuro a quienes están siendo afectados directamente por la crisis y necesitan medidas muy concretas que les permitan tener unas condiciones mínima mente dignas de vida.

La batalla contra la derecha, ya sea la que tiene un carácter neoliberal o la descaradamente fascista, se ganará, en la medida que demos respuesta positiva y avanzada a quienes hoy ven peligrar su trabajo, vivienda, etc. para que entiendan que su futuro está ligado en este momento al mantenimiento del programa pactado para formar el actual gobierno.

Desde esta perspectiva tenemos que ser conscientes que nos enfrentamos a tiempos muy complicados en los que hay que evitar que las dificultades  que están pasando millones de personas afectadas por las consecuencias de la Pandemia sean utilizadas como excusa para rebajar el programa de gobierno lo que llevaría a provocar frustración en nuestra base social, cuando a partir de septiembre nos enfrentemos a las dificultades para disponer de fondos con los que se pueda alargar el escudo social y de forma especial los ERTES, el Ingreso Mínimo Vital, con amenaza de aumento del Paro tras la desastrosa temporada turística, inicio incierto del curso escolar, cierre de pequeños negocios, todo ello sin una clara mayoría Parlamentaria que permita aprobar unos PGE acordes con el programa de gobierno.

Una de las claves para no ser aislados en esta coyuntura puede estar en acertar en la identificación del escenario social para resolver dialécticamente la contradicción entre pertenencia al Gobierno con la necesidad de aparecer como fuerza antisistema, con capacidad de compensar las dificultades con una movilización social, en el sentido amplio de la palabra, que por una parte explique al pueblo la realidad y consiga que se implique en la defensa de medidas socialmente avanzadas, quizás la moción de censura de Vox puede ser una oportunidad para sacar el debate político a la calle, en un terreno propicio, eso sí, corrigiendo errores de campañas anteriores, empezando por entender que las ofensivas políticas no se decretan, sino que se organizan creando condiciones favorables en la base y aportando desde las direcciones medios materiales y humanos para su desarrollo, pero esta cuestión no es nada fácil, sobre todo si no conseguimos un clima interno que imponga el debate sobre el ajuste de cuentas.

Por último, todo lo planteado anteriormente es imposible desarrollar, si no tenemos unos instrumentos que sean capaces de elaborar la estrategia, la táctica y sobre todo de aplicarla, lo que significa afrontar la necesidad de tener un Partido, unos Sindicatos, unos Movimientos Sociales, organizaciones juveniles, unos Centros de Estudio y Pensamiento y sobre todo un Espacio de Convergencia Social y Político que sea realmente un Frente Amplio, integrador, coherente, organizado desde un funcionamiento democrático y participativo y sobre todo que tenga capacidad de debatir, elaborar y actuar al mismo tiempo.

Estos son retos que tenemos que afrontar en el PCE, en la Asamblea de IU y en el marco de un marco de Convergencia que partiendo de la realidad actual (UP, En Común, etc.) tenga voluntad de configurarse como un Instrumento de amplia base popular, democrático, participativo, el resultado final debería ser conseguir un amplio consenso para definir la estrategia, adecuar la táctica, y concretar los instrumentos para desarrollar la política aprobada y elegir unas direcciones que sean capaces de aplicar lo acordado, porque sin determinar tareas comunes por la base encaminadas a construir partido desde la actividad política, todo se me queda en debates teóricos sin perspectivas de influir en la coyuntura desde una perspectiva estratégica.

Una de las claves para no ser aislados en esta coyuntura puede estar en acertar en la identificación del escenario social para resolver dialécticamente la contradicción entre pertenencia al Gobierno con la necesidad de aparecer como fuerza antisistema, con capacidad de compensar las dificultades con una movilización social, en el sentido amplio de la palabra, que por una parte explique al pueblo la realidad y consiga que se implique en la defensa de medidas socialmente avanzadas, quizás la moción de censura de Vox puede ser una oportunidad para sacar el debate político a la calle, en un terreno propicio, eso sí, corrigiendo errores de campañas anteriores, empezando por entender que las ofensivas políticas no se decretan, sino que se organizan creando condiciones favorables en la base y aportando desde las direcciones medios materiales y humanos para su desarrollo.

Como decía, considero que estas son algunas de las cuestiones deben centrar el debate para asumir los retos que el PCA, IU y el conjunto de la izquierda tenemos por delante, un debate que culminará en la Conferencia Política del PCE y la Asamblea Federal de IU, un debate en el que para que sea realmente útil tiene que participar toda la organización, desde la más pequeña asamblea a la dirección central.